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Video monocanal de Susana Barbará, 2011 (00:03:45)
La mujer golpeada se avergüenza de sí misma. La mujer golpeada está convencida de ser culpable y de merecer el consecuente castigo. Se aísla de amigos, colegas y familiares. Se autoanula.
El “no saber qué hacer” de las mujeres golpeadas, en la videoinstalación de Barbará se constituye en una performance del vacío. Un vacío en acción.
De incertidumbre
De soledad.
De camino estanco. Marcar 137 en el teléfono, es un recurso lejano.
Vendas, protegen y ciegan al mismo tiempo a una mujer. La mano de un hombre, en un gesto que manifiesta la fase tierna del psicópata, corre las vendas, las hace caer, y así, devela convicciones que él ha generado en esa mujer acerca de sí misma: …”Yo lo provoqué”…, …”La culpa es mía”…. El sonido de una respiración lenta y profunda que respalda la acción, se ausenta.
En efecto, quita el aliento.
Barbará agudiza la realidad del dolor al expresar con exquisitez y belleza lo que es abominable, e ingresa, de esta manera, la temática de la mujer golpeada al ámbito de “lo que está dado”, de lo que es más habitual de lo que se cree… Barbará crea una serie de obra que documenta “laureles” de la civilización occidental que podrían figurar a lo largo de una galería de museo. Así, es como Barbará sonsaca de entre esta situación dada cierto amargo sentido del humor que ayuda a sobrevivir, objetivar, y probablemente, a denunciar.
Marta Ares
www.aresmarta.com.ar